domingo, 13 de marzo de 2011

SAN FRANCISCO.




Un día Francisco predicó a los pajaritos. Se habían reunido a la orilla del camino y les dijo:

"Hermanitos míos, es preciso alabar a Dios, que les dio la libertad, su hermoso vestido y su lindo trinar, los granitos y el agua que los alimentan y los árboles para sus nidos".

Con sus trinos y sus cantos, todas las avecillas aprobaron alegremente esta prédica improvisada e inspirada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario